EL RETO DEL MAESTRO PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO:


Actualmente en el país podemos estimar que hay unos 488,736 docentes: 317,801 en el Sector Público y 170,935 en el Sector Privado, de los cuales, unos 320,000 conforman el glorioso  SUTEP, que hasta hoy  no ha tenido ni tiene una madurez ideológica ni política. Hoy en día se encuentra en retroceso histórico como  organización social y sindical, a  consecuencia del revisionismo, oportunismo, y servilismo a ultranzas que corroe en las altas esferas del Comité Nacional. Por ello,  no encuentra cohesión revolucionaria tanto en el seno propio ni en la práctica educativa.

El magisterio nacional poseen la convicción pedagógica; sin embargo carecen en su mayoría de la convicción ideológica  de identidad nacionalista, que es el arma principal de todo maestro revolucionario y que  es una misión que exige una permanente agitación ideológica dentro de los principios y fundamentos filosóficos, políticos y pedagógicos verdaderamente científicos y humanísticos, que consagre al docente en el forjador de la sociedad.
Por ende,  verdadero reto del maestro peruano consiste en:
  •   En  entender a la educación como un proceso de formación integral del hombre para sostener el futuro de la sociedad, fundado en la  escala de valores donde la ideología debe ser el propulsor de la verdadera tarea pedagógica y no convertirse en  un simple oficio de instrucción y servilismo, como sucede en la actualidad.
  •   El maestro tiene la imperiosa necesidad de buscar, descubrir, asimilar y desarrollar las teorías científicas y los últimos avances tecnológicos científicos, debe estar imbuido de los nuevos cambios que se dan en el ámbito nacional y internacional, debe tener una nueva concepción de la educación e implementarse de las nuevas políticas educativas que viabilizan las aspiraciones y exigencias de las nuevas generaciones y vincularlos al proceso productivo, colectivo y de desarrollo social. Es un esfuerzo imperecedero que se debe plasmarse a pesar de nuestras limitaciones. ¡La libertad es sacrificio !.
  • El nuevo educador, debe tener en cuenta que la educación es una función centrada en el alumno y en el aprendizaje, basados fundamentalmente en los intereses del pueblo y no en los intereses de la clases de poder, por cuanto los pilares de la educación: el saber, saber ser, saber hacer y saber convivir junto, deben conjugar a esta  misión.
  •  Asumir la función educadora y de liderazgo social adoptando  un trabajo consecuente y perseverante, con el único y exclusivo objetivo de consolidar una nueva sociedad fundada con equilibrio entre equidad y excelencia es un reto involucra a todos aquellos que participan en la planificación de la educación, en la práctica educativa y la población en su conjunto;  tomando para ello, a la ciencia como un medio auténtico  de transformación social.
  •   La convicción de ser educador, nace, vive y se fortalece sólo a través de una intensa actividad revolucionaria dentro de la colectividad. Toda acción  educadora tiene que partir necesariamente del pueblo para volver hacia ella; solo así la educación y la ciencia servirán al pueblo en la realización de sus necesidades materiales e ideales. Contrariamente, seremos los primeros opresores de nuestro pueblo.
  •    Las exigencias del tercer milenio y los desafíos de hoy, nos proponen que  los docentes de la educación, de todos los niveles educativos: Inicial, Primaria, Secundario y Superior, debemos asumir la tarea de ser maestros,  pertrechados obligatoriamente con la concepción científica del mundo, como principio fundamental que orienta la teorización y aplicabilidad de los conocimientos a las exigencias de nuestra sociedad.

 “El reto de ser maestro, es una función de liderazgo social”

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