PROBLEMÁTICA DE LA EDUCACIÓN PERUANA

En el plano internacional, el fenómeno económico, social y cultural surgidos a fines del siglo XX y generados por la expansión mundial de las grandes empresas multinacionales que hoy se convierten en mega empresas (fenómeno de la globalización), nos involucra tener una nueva y cuidadosa forma de entender la escuela y la cultura que avanzan a pasos agigantados y que se impone peligrosamente.


La globalización mundial y la sociedad conocimiento originado por el avance vertiginoso de las ciencias y las nuevas tecnologías y lenguajes icono-informáticos conllevaron a la humanidad hacia un aparente futuro protagónico y revolucionario. Sin embargo, paradójicamente como consecuencia de este vertiginoso avance, hoy la sociedad, protagoniza su destino en medio de una profunda crisis de valores. Los efectos subliminales de ese nuevo escenario paradigmático de transculturización y estandarización mundial, se acentúan peligrosamente en los pueblos más pobres y atrasados como es el caso peruano; donde generaciones enteras se entregan a la diversidad de comportamientos antisociales y antivalores llamadas lacras y aberraciones sociales, las que los aparta indiscutiblemente de su naturaleza y autenticidad humana. 

Este nuevo orden mundial de hegemoneización cultural (globalización del conocimiento) viene conllevando inevitablemente al aniquilamiento de las formas locales de existencia y las formas de la valoración humana, bajo el predominio de las formas y modelos de vida de la cultura globalizante. Es decir, nos aproximamos a un proceso de avasallamiento de lo propio por lo ajeno, hay el riesgo de perder nuestra rica identidad cultural y nacional. 

Para afrontar este nuevo escenario se requiere redibujar y reanalizar nuestra pluriculturaridad e identidad nacional, a fin de que nos permita sobrevivir como nación en medio de esta gigantesca ola de hibridación glocal 

Mientras, que en el contexto nacional, los diferentes intentos de reformar y modernizar la educación en el país, siempre fueron dispuestos desde la perspectiva superficial y verticalista. Como tal, siempre ha tenido una esencia antinacional y antidemocrática que respondió y sigue respondiendo a intereses foráneos y a la hegemonía del capitalismo internacional. 

En el Perú, la educación oficial, sea estatal o particular, formal o informal, es formación ideológica al servicio de las clases en el poder. Por consiguiente las currículas están subordinadas a la línea ideológica y política del sistema imperante. La política educativa de cada régimen de turno diseñan planes de estudio y contenidos curriculares de manera acientífica e impositiva, que no se ajustan a la realidad concreta y objetiva de los pueblos, debido a que su consolidación no fue a partir de los estudios nacionales ni mucho menos por los propios maestros; más al contrario divagan en las concepciones alienantes, metafísicas y obsoletas para las aspiraciones del pueblo. Los conocimientos científicos, tecnológicos, históricos y otros se encuentran parametrados acorde a los patrones culturales del imperialismo norteamericano. 

En suma, la educación actual del país y que somos producto de ello, tiene un carácter antinacional, antidemocrático, anticientífico y alienante, que como resultante, acarrea una serie de fenómenos y problemáticas que directamente afectan a la niñez y a la población escolar. 

En el contexto andino, en las comunidades campesinas y en los barrios urbano marginales, las problemáticas más graves que son directamente condicionantes del proceso educativo son: el crecimiento acelerado de la desnutrición y las enfermedades de la pobreza, niveles deficientes de aprendizaje del alumno, deserción escolar, paternidad irresponsable, niveles deficientes de formación profesional docente, planes de estudio y contenidos curriculares inoperantes, etc., etc. Cada una de ellas requiere un estudio minucioso y concienzudo para dar soluciones en contextos más estructurales que aisladas.

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS DEL MAESTRO

La educación debe permitir estudiar los problemas estructurales y superestructurales del país para plantear sus posibles soluciones. Por tanto, nos permitimos proponer algunos principios pedagógicos que debe poner en práctica el maestro:

  • La teoría y la práctica: Nadie debe eludir el trabajo manual, ya que no hay conocimiento sin la práctica. La teoría y la práctica se encuentran en una unidad dialéctica indisoluble, sin existir ni la teoría ni la práctica en forma aislada; caso contrario, la teoría se convierte en una utopía y la práctica en una rutina. Por eso, es necesario que la escuela interactúe los conocimientos con las actividades prácticas, principalmente productivas.
  • La crítica y la autocrítica: Todo fenómeno, toda actitud y toda cosa tiene su lado positivo y negativo, contradicción  que debe ser superada mediante la crítica y la autocrítica, porque ellas constituyen una de las fuerzas motrices del desarrollo de la sociedad. La crítica y la autocrítica es un proceso de renovación  y superación   del conocimiento y la práctica social; por eso, el alumno debe ser educado en el reconocimiento de sus errores, de sus actitudes reprochables, de sus prejuicios, etc.
  • El diálogo comunicativo: La verdad esté siempre insertado en la comunicación, en el diálogo directo. El poder del diálogo es ilimitado, por tanto debe ser permanente. El diálogo comunicativo es una relación horizontal que nace de la crítica y genera autocrítica, por ello, es necesario procurar alcanzar un contexto de cordialidad y confianza mutua en el que pueda tener lugar comunicación enriquecidora; sólo el diálogo comunica y es el camino indispensable de una auténtica educación; el maestro y el alumno, por convicción deben  interactuar, relacionarse y comunicarse, porque cualquier aprendizaje no puede surgir al margen del diálogo.
  • La motivación por el cambio de actitudes: Comenzar de lo próximo a lo lejano, de lo superficial a lo profundo, de lo más fácil a lo más difícil, dentro de la motivación por el cambio de actitudes en las formas de ser y hacer. La educación es ante todo un intento constante de cambiar actitudes y crear disposiciones democráticas, de aprender, investigar, interpretar y transformar la naturaleza y la sociedad perfeccionando los conocimientos y las ciencias.
  • La cualidad investigadora: La actividad educadora constituye  la fuente fundamental de la investigación, pues el desarrollo de la praxis educativa obliga a los maestros profesionalmente ahondar sus conocimientos; ello implica la  necesidad de ser un innovador y creador de situaciones favorables a la investigación, que promuevan  aprendizajes significativos  mediante el  proceso de enseñanza-investigación-aprendizaje, guiando y facilitando a los niño en su formación integral, de acuerdo a sus intereses y necesidades. Brindando las posibilidades para que  actúe en libertad,  con  iniciativa, originalidad y creatividad.
  • El liderazgo social: Ser maestro, es una función de liderazgo, un papel de vanguardia y un rol de concientizador capaz de lograr en el alumno la iniciativa, el pensamiento reflexivo, la autonomía en la toma de decisiones saludables. Implica desarrollar una conciencia democrática con identidad peruana y con visión humanista..

EL RETO DEL MAESTRO PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO:


Actualmente en el país podemos estimar que hay unos 488,736 docentes: 317,801 en el Sector Público y 170,935 en el Sector Privado, de los cuales, unos 320,000 conforman el glorioso  SUTEP, que hasta hoy  no ha tenido ni tiene una madurez ideológica ni política. Hoy en día se encuentra en retroceso histórico como  organización social y sindical, a  consecuencia del revisionismo, oportunismo, y servilismo a ultranzas que corroe en las altas esferas del Comité Nacional. Por ello,  no encuentra cohesión revolucionaria tanto en el seno propio ni en la práctica educativa.

El magisterio nacional poseen la convicción pedagógica; sin embargo carecen en su mayoría de la convicción ideológica  de identidad nacionalista, que es el arma principal de todo maestro revolucionario y que  es una misión que exige una permanente agitación ideológica dentro de los principios y fundamentos filosóficos, políticos y pedagógicos verdaderamente científicos y humanísticos, que consagre al docente en el forjador de la sociedad.
Por ende,  verdadero reto del maestro peruano consiste en:
  •   En  entender a la educación como un proceso de formación integral del hombre para sostener el futuro de la sociedad, fundado en la  escala de valores donde la ideología debe ser el propulsor de la verdadera tarea pedagógica y no convertirse en  un simple oficio de instrucción y servilismo, como sucede en la actualidad.
  •   El maestro tiene la imperiosa necesidad de buscar, descubrir, asimilar y desarrollar las teorías científicas y los últimos avances tecnológicos científicos, debe estar imbuido de los nuevos cambios que se dan en el ámbito nacional y internacional, debe tener una nueva concepción de la educación e implementarse de las nuevas políticas educativas que viabilizan las aspiraciones y exigencias de las nuevas generaciones y vincularlos al proceso productivo, colectivo y de desarrollo social. Es un esfuerzo imperecedero que se debe plasmarse a pesar de nuestras limitaciones. ¡La libertad es sacrificio !.
  • El nuevo educador, debe tener en cuenta que la educación es una función centrada en el alumno y en el aprendizaje, basados fundamentalmente en los intereses del pueblo y no en los intereses de la clases de poder, por cuanto los pilares de la educación: el saber, saber ser, saber hacer y saber convivir junto, deben conjugar a esta  misión.
  •  Asumir la función educadora y de liderazgo social adoptando  un trabajo consecuente y perseverante, con el único y exclusivo objetivo de consolidar una nueva sociedad fundada con equilibrio entre equidad y excelencia es un reto involucra a todos aquellos que participan en la planificación de la educación, en la práctica educativa y la población en su conjunto;  tomando para ello, a la ciencia como un medio auténtico  de transformación social.
  •   La convicción de ser educador, nace, vive y se fortalece sólo a través de una intensa actividad revolucionaria dentro de la colectividad. Toda acción  educadora tiene que partir necesariamente del pueblo para volver hacia ella; solo así la educación y la ciencia servirán al pueblo en la realización de sus necesidades materiales e ideales. Contrariamente, seremos los primeros opresores de nuestro pueblo.
  •    Las exigencias del tercer milenio y los desafíos de hoy, nos proponen que  los docentes de la educación, de todos los niveles educativos: Inicial, Primaria, Secundario y Superior, debemos asumir la tarea de ser maestros,  pertrechados obligatoriamente con la concepción científica del mundo, como principio fundamental que orienta la teorización y aplicabilidad de los conocimientos a las exigencias de nuestra sociedad.

 “El reto de ser maestro, es una función de liderazgo social”